En la clase del sábado hicimos hincapié en el papel de las historias mitológicas como medio de explicar cosas que los antiguos no entendían, por no tener todavía los conocimientos científicos necesarios: las leyendas no son sólo historias bonitas, sino que pretenden explicar cosas que ocurren, sucesos de la naturaleza o, incluso, manipular la realidad para que una persona de carne y hueso parezca más importante, haciéndola parecer un dios o un héroe, o para justificar la superioridad/inferioridad de un territorio con respecto al otro, sobre todo en caso de guerra o conquista por la fuerza.
Además, aprendimos cómo evolucionaron las leyendas y la mitología desde sus orígenes, cuando se transmitían de boca en boca, antes de ser puestas por escrito muchos siglos después por autores como Homero. Comprobamos cómo puede variar una historia cuando se cuenta varias veces a distintas personas y cómo las palabras que no se conocen, los lugares extraños o las situaciones que, por tener diferentes costumbres, no forman parte de nuestra vida cotidiana, terminan transformándose dentro de las historias y, muchas veces, desapareciendo. Y si una historia que sólo ha pasado por cinco personas puede cambiar de una forma tan radical, imaginemos lo que pudo llegar a los oídos de Homero después de varios siglos de tradición oral de estas historias. Ésto hace que, según el autor que se consulte, sea habitual que existan varias versiones de una misma leyenda, en las que en ocasiones ocurren cosas diferentes, o diversos personajes se funden en uno solo o se transforman en dos personajes distintos.
En relación con ésto, también vimos cómo los errores y cambios no sólo se transmitían cuando estas historias se contaban de manera oral, sino que también se generaban una vez que los mitos estaban por escrito. Como ejemplo paradigmático, analizamos el caso del famosísimo caballo de Troya. Los textos en griego hablan, en efecto, de un hippos de madera, abandonado en la playa, donde se escondieron los soldados que pretendían entrar en Troya. Los monjes medievales, que fueron quienes tradujeron estas historias del griego, tradujeron el término griego como “caballo”, pero desconocían por completo que hippos, además de “caballo”, se refería en griego a un tipo de embarcación muy utilizada en todo el Mediterráneo para el transporte rápido en aguas poco profundas, y que dicha embarcación se conocía por ese nombre porque en su proa siembre llevaba tallado un caballo. Es decir, los troyanos, en realidad, lo que vieron abandonado en su playa no fue un caballo de madera, sino un barco de madera (por éso no se extrañaron ni les pareció nada raro, y lo metieron tranquilamente en su ciudad). Pero esa mala traducción medieval, fruto del desconocimiento en aquellos momentos sobre las diferentes clases de embarcaciones antiguas, ha llegado hasta nuestros días, e incluso documentales, películas y libros, aparentemente “serios”, siguen retratando un enorme caballo de madera cuando se refieren a este capítulo, en lugar del barco que en realidad fue.
Después, comenzamos con el análisis de la figura de Hera –Juno en época romana–, con su papel como madre y esposa y sus atributos:
Hera tuvo varios hijos con Zeus, y vimos imágenes de los mismos para aprender a reconocerlos según las iconografías asociadas a éstos:
También aprendimos que Hera tuvo otro hijo, al margen de su matrimonio con Zeus: Hefesto, concebido sin intervención de ninguna otra persona por su madre, como respuesta a la gestación por parte de Zeus de Atenea, que emergió directamente de la cabeza de su padre. Hefesto, con su yunque y su martillo, es el dios protector de la fragua y de los herreros, era cojo y tenía la piel deforme. Y en este personaje vemos muy claramente cómo muchas veces los antiguos explicaban, a través de historias mitológicas, fenómenos que no entendían, dado que la ciencia no estaba tan avanzada como lo está hoy en día: hoy sabemos que los herreros antiguos empleaban arsénico para endurecer y poder trabajar mejor el hierro, y que era relativamente habitual que terminaran sufriendo intoxicaciones por esta sustancia: la arsenicosis, en efecto, tiene como efectos secundarios graves deformaciones en la piel, incluida la de las palmas de las manos y las plantas de los pies, lo que hacía que muchos herreros en la antigüedad andaran con cojera, dado el dolor y las deformaciones que tenían en los pies. Como los antiguos no sabían que esos síntomas eran debidos al empleo de arsénico en las fraguas, trataron de darle explicación al terrible aspecto de algunos herreros enfermos de arsenicosis a partir de la historia de Hefesto.
También vimos otro ejemplo claro de que una misma mitología o personaje puede tener diferentes versiones: es el caso de Dionisos, hijo de Sémele y Zeus. Algunas versiones dicen que Hera envió a los Titanes a matarlo y descuartizarlo, pero que Atenea (o, según otras versiones, Rea o Deméter) recuperó el corazón y se lo llevó a Zeus, quien se lo hizo comer a Sémele que, con este gesto, volvió a quedarse embarazada; es por éso que a este niño, nacido dos veces, se le llamó “Dionisos” (el nacido dos veces). Sin embargo, otras versiones dicen que Hera convenció a Sémele, cuando estaba embarazada, de que le pidiera a Zeus que le mostrara su verdadera forma divina. Ésta se lo pidió, pero cuando Zeus se reveló en su auténtica forma, Sémele murió aniquilada por los rayos del dios, ya que su frágil naturaleza mortal no pudo resistir estar en presencia del dios en todo su esplendor. Entonces Zeus recogió el feto de Dionisos y se lo implantó en el muslo, de donde nacería después.
La mitología está plagada de pequeñas historias que tratan de dar explicación a diversos fenómenos naturales cuyas causas reales se desconocían entonces, y pudimos ver varios ejemplos en clase de algunas de esas pequeñas historias, asociadas a algunos capítulos ocurridos entre Hera y las amantes de Zeus, y lo que pretendían explicar:
En la próxima clase veremos la historia de otra de las amantes de Zeus, y de la terrible venganza que Hera vertió sobre ella. De esta historia, derivarán algunos personajes mitológicos muy importantes en la Edad Media y que, aún hoy, tienen gran importancia en las historias, tanto literarias, como cinematográficas. Además, veremos qué pasó en el capítulo del juicio de Paris, y qué famoso personaje de un cuento popular está basado en este episodio. Por último, estudiaremos a otro de los dioses de la primera generación: Poseidón/Neptuno, el dios del mar. Si queréis seguir aprendiendo curiosidades sobre la mitología y cómo hoy en día sigue formando parte de nuestra cultura, ¡no os lo perdáis!
Nos vemos después de las fiestas, ¡Feliz Navidad!